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Sunday, August 21, 2011
El activismo argentino viene fomentando el avance de los derechos relacionados con la diversidad sexual en Cuba, donde hay buenas chances de aprobar la unión civil para parejas del mismo sexo. “Las herramientas y argumentos que ofrecen son muy útiles y pueden ser aplicados a la realidad cubana adecuándolos a nuestras condiciones concretas”, dijo a este diario Alberto Roque, activo colaborador del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dirigido por la sexóloga Mariela Castro Espín, hija del actual presidente cubano. Este organismo firmó un acuerdo de cooperación con la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), que incluye el intercambio académico, de experiencias, y la publicación de libros y materiales educativos. El primer objetivo es “desterrar la homofobia” de la isla, a través de diferentes campañas informativas y hasta cine-debates.
“La idea es que legisladores, ministros y activistas sepan sobre los tratados internacionales y la jurisprudencia. Es la estrategia que usamos acá en el Senado y en la Cámara de Diputados”, señaló Cigliutti.
El acuerdo entre el Cenesex y la CHA firmado en abril pasado abarca tres directrices fundamentales. La primera es formativa e investigativa, con vistas al desarrollo de investigaciones relacionadas con la promoción de derechos humanos. La segunda se basa en el intercambio de experiencias, mediante talleres específicos sobre la promulgación de normas jurídicas en favor de la diversidad sexual. La última involucra la publicación de libros y materiales educativos. “La transformación que encaró Mariela Castro –aseguró el titular de la CHA– es muy profunda social y culturalmente.”
“Esperamos que estos temas relacionados con la diversidad sexual se incluyan en la agenda de la Conferencia del Partido del próximo año”, agregó Roque, activista y médico de profesión. Mientras tanto, desde el Cenesex lanzaron un concurso de afiches publicitarios y de guiones para spots publicitarios y films para revertir la discriminación. Además, todos los años en La Habana hay jornadas sobre diversidad sexual. La última fue en mayo pasado y Castro Espín envió un mensaje contundente a la sociedad cubana y a los políticos. “Desterremos la homofobia y defendamos el socialismo como paradigma emancipador del ser humano”, dijo.
En este compendio, que involucra cifras y estudios científicos, se analizan temas como el derecho a la herencia, la crianza de niños en familias homoparentales, la adopción, la discriminación laboral. Por otro lado, también se repasan las estrategias de la CHA: su política de visibilidad, la lucha contra la represión policial, las marchas del orgullo, el enfrentamiento con la Iglesia, la confección de materiales como el cuadernillo Salí del Closet, presentado en 2008 y motivo en una campaña del área de jóvenes de la CHA.
Según Roque, la sanción de la ley de matrimonio igualitario en la Argentina fue recibida con entusiasmo en el Cenesex y por el activismo. “Los medios nacionales hicieron una tímida mención sobre el asunto a pesar de la amplia cobertura hecha por Telesur”, agregó. “¿Y qué lecciones dejó para ustedes?”, preguntó Página/12. “Sin dudas, fue un proceso donde aprendimos sobre la articulación de todas las fuerzas diversas y heterogéneas que inciden en lograr este triunfo. También aprendimos sobre la utilidad de crear alianzas políticas en el trabajo de abogacía por los derechos sexuales y lograr así su plena inclusión en las políticas”, respondió.
La noticia llegó en un contexto favorecedor porque, ese mismo año, Fidel Castro había reconocido que no se le prestó “la suficiente atención” al tema. Fue durante una entrevista del diario La Jornada, de México, publicada en simultáneo por Página/12, donde el líder cubano admitió que los homosexuales, por su sola elección sexual, fueron tildados de contrarrevolucionarios y enviados luego a campos de trabajo militar-agrícolas en los ’60. También asumió toda la responsabilidad por lo ocurrido.
La percepción cubana al respecto cambió de manera radical. Es lo que pudo comprobar Cigliutti, quien conoció y recorrió La Habana en los ’90, cuando gays y travestis se reunían disimuladamente en alguna esquina céntrica para citarse luego en fiestas en las afueras de la ciudad. “Ibamos en autos y taxis y en el medio de la nada, en un baldío poníamos música y bailábamos. Hoy la situación es totalmente distinta. Hay boliches gays y también playas”, señaló el presidente de la CHA, orgulloso del intercambio con Cuba porque implica la importación de la experiencia militante de la CHA, que ya lleva 27 años de reclamos y triunfos.
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