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Wednesday, August 24, 2011
¿Su hijo/a les acaba de decir que es gay?…¿Culpa, dolor, vergüenza, rabia, confusión, incredulidad, temor, ansiedad y mil dudas rondan por su cabeza?…. Es normal. Como cualquier padre ustedes quieren lo mejor para su hijo/a y lo que menos desearían es que lo discriminaran por ser gay.
No traten a su hijo como si hubiera cometido un crimen por ser gay, el/ella está obedeciendo a algo que siente y nadie es responsable de ello. Sigue siendo la misma persona que siempre han amado: dulce, inteligente, alegre, simpático y tierno. Mantiene intactos los valores con los que fue criado por ustedes. Recuerden esto, y ojalá puedan ir más allá de sus prejuicios. No piensen en lo que debería ser (bajo su punto de vista), piensen más bien en lo que es y acepten la situación y a el/ella. Este es el mejor regalo que uno le puede dar a alguien. No le den razones a su hijo/a para pensar que hubiese sido mejor no contárselos.
El aceptar que su hijo es homosexual, implica elaborar un duelo a la heterosexualidad. Todos los padres tienen unas vidas ideales creadas en su mente para sus hijos y cuando el sueño y las ilusiones de que se case con una persona del sexo contrario y les den nietos se rompen, habrá un proceso de duelo a varios niveles y sentirán dolor, negación, incomprensión, estarán en choque, desearán cambiar a situación, sentirán vergüenza por lo que las personas puedan pensar, rabia, culpa, depresión y por último podrán aceptar la situación.
Es importante que en el proceso de aceptación, sean pacientes con su hijo y su hijo con ustedes. Todos en la familia van a necesitar tiempo para adaptarse a la nueva situación, para aceptarlo y decírselo a otros de una manera natural.
En cuanto a la preocupación sobre cómo será la reacción de los demás cuando se enteren, del qué dirán, del temor al rechazo, etc. es posible que esto ocurra. Pero gracias a las muchas investigaciones que es han hecho, las actitudes hacia la homosexualidad, por suerte, van cambiando. Las personas comienzan a valorar a los demás por sus cualidades, actitudes, conductas y comportamientos. La orientación sexual deja de ser un catalizador de la persona y pasa a ser una característica más del ser humano.
Para que su hijo haya llegado a contarle que es gay, es porque les tiene confianza, quiere su apoyo y quiere vivir sin apariencias. Él/ella lo ha pasado mal, ha tenido conflictos, dolor, culpa, angustia, pues ser gay, no se trata de algo de fuerza de voluntad, de dejar de sentirlo o de una etapa. Aunque si bien, existen muchos muchachos que se permiten experimentar sexualmente con personas del mismo sexo, no por ello son homosexuales, pero cuando alguien ‘sale del closet’ y dice soy homosexual, es porque el tiempo ha pasado y la orientación sexual hacia alguien del mismo sexo ha persistido. El que su hijo le esté diciendo que es gay, amerita coraje y lo único que necesita es su amor y apoyo. No se lo niegue, él ya ha sufrido suficiente, por algo que es ajeno a él/ella.
Cuando estén listos para hablar, pregúntenle a su hijo cómo lo pueden apoyar, qué significa para él ser gay, cuáles son sus preocupaciones. Desde el punto de vista humano y espiritual pregunten que significa eso para él, qué le ha enseñado. Si tiene pareja, conózcala, gane otro hijo en lugar de perder uno y vivir con el corazón apretado. Concentre su atención en lo que él necesita ahora. Todos tenemos un alma y el alma es asexual.
Si necesitan tiempo para asimilar la situación, hablen con su hijo. Explíquenle respetuosamente que no están listos para hablar. Háganlo sin juzgarlo o condenarlo, mientras se toman el tiempo. Síganle mostrando su afecto mientras trabajan en ustedes, en lugar de quedarse lamentándose y preguntándose ¿por qué? ¿Por qué a mí? Con esa posición pueden dañar a la familia, a su hijo y a ustedes mismos.
Si no está de acuerdo con la orientación sexual de su hijo, de todas maneras debe respetarlo. Él o ella los honraron contándoles sobre este aspecto íntimo, luego honren esta información. No se la cuenten a otros. Dejen que él/ella lo irá haciendo a medida que considere que las otras personas merecen saberlo y que es seguro compartirla. Recuerden su estabilidad como padres, el apoyo que le den a su hijo, le ayudará a adaptarse mejor a la sociedad y si le cuesta hacerlo, busquen ayuda psicológica. Verán cómo en pocas sesiones se siente mejor.
Su hijo podría vivir sin ustedes, pero todo sería más fácil y bonito si forman parte de su vida, independientemente de a quién tenga ella en el corazón.
Lidia Gesteira es experta en Mediación y Orientación Familiar. Psicóloga Pedagoga - Neuropsicóloga y maestra en educación Infantil
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