Sunday, June 19, 2011

El auge de la familia 'homo'

En el presente siglo, la fisonomía del núcleo familiar ha variado considerablemente. Ese cambio incluye la cada vez más visible familia gay compuesta por padres homosexuales e hijos adoptivos o producto de inseminación artificial. Aun así los prejuicios son duros de matar sobre todo cuando un miembro de una familia tradicional decide salir del "closet". ¿Cómo se explica a los demás miembros, sobre todo a los más pequeños?

Desde que en 1973 se determinara que la homosexualidad no era un trastorno mental, no existe razón para aislar o estigmatizar a ningún miembro de la comunidad gay. Hoy día, con las leyes del matrimonio de personas del mismo sexo, de adopción y de reproducción asistida, las familias homoparentales son una tendencia que va en aumento, con un 80 por ciento homomaternales y un 20 paternales.

Sin embargo algunos heterosexuales, principalmente en núcleos familiares conservadores como el latino, se sienten avergonzados e incluso asqueados por la revelación de la identidad sexual de un pariente. Hasta las telenovelas notan esta situación. En "Las Tontas No Van Al Cielo", Manuel "Flaco" Ibáñez dio vida a un homosexual rechazado por su propio hijo, y en "Alma De Hierro" el protagonista rechaza a su padre, un peluquero homosexual. En La Fea Más Bella, el estilo de vida del diseñador Hugo Lombardi (Sergio Mayer) era repudiado por su padre.

Para eliminar los prejuicios hay que ver sus orígenes. Aparte de la latente homofobia que existe en culturas como latina, hay un temor, incluso en personas modernas, de que la homosexualidad sea "contagiosa". Hasta los legisladores han temido que criaturas criadas en hogares homoparentales puedan presentar problemas psicológicos, dificultades en definir su orientación sexual o simplemente ser gays.

La mayoría de los estudios realizados a hijos de madres lesbianas o criados por un padre homosexual indican lo contrario. No hay propensión a ser homosexual por ser criado por padres gays y los niños no suelen sufrir de desajustes psicológicos o problemas de adaptación social.

Aun así hay casos de hijos nacidos de madres lesbianas, y producto de relaciones heterosexuales, que han mostrado problemas psicológicos cuado sus padres u otros rechazan el estilo de vida materno. El estudio de S. L. Huggins, publicado en Homosexuality and the Family en 1989, indicó que los hijos solían ser más centrados y se adaptaban mejor cuando el padre apoyaba a la madre.

El estudio de N. Gartrell, publicado en el 2005, en la American Journal of Ortopsychiatry, demostró que los hijos de madres gays solían tener problemas de conducta como reacción al rechazo social por parte de amigos y compañeros de escuela. Lo que indica que el problema no reside en la homosexualidad sino en la actitud negativa hacia ésta por parte de la sociedad.

El rol de los padres: qué hacer y qué evitar

Lo que cada uno aporta a la crianza de sus hijos ha ido variando con los años. ¿Cuál es la fisonomía que adopta hoy ese reparto de tareas?

Se sabe, la familia tradicional está constituida por el padre, la madre y sus hijos. Lo enseñan, lo dicen, se remarca. Este concepto está tan anclado en la sociedad que es difícil detenerse a pensar: ¿qué significa ser madre? o ¿qué es ser un padre?

Después de todo se trata de un rol que se aprende con la experiencia y al que, nadie o casi nadie, llega tan preparado. Ser madre entonces es eso, serlo simplemente. Lo mismo con la paternidad.

Porque la sociedad lo dice, porque se replican estructuras, porque es una imposición religiosa, porque los hijos lo necesitan. Pero qué pasa cuando las familias se enfrentan a separaciones. Cómo se sobrevive en el caso de los padres del mismo sexo... Las dudas abundan.

Por eso Estilo te propone repensar en qué se basan estos roles para los cuáles no hay escuela.
Diferentes investigaciones ponen el tema de los roles en primer plano y aclaran un poco el panorama.

El tiempo. Las horas en familia son una de las razones de estudio. Es que el rol del padre cambió con los años. Si antes los varones eran distantes, hoy buscan estar con sus hijos como sea. Tanto es así que una investigación dirigida por María Amaris Macias, de la Universidad de Barranquilla (Colombia), explica que los varones pasan un promedio de 1 a 3 horas diarias con sus pequeños. Un tiempo que aumenta los fines de semana (entre 8 y 12 horas). ¿Qué hacen estos caballeros? Intentan aprovechar más el tiempo compartido.

La mujer, claro, tiene mucha más participación en el hogar. Sus tareas siguen ligadas a pensar en una alimentación balanceada, la higiene y cuidado, la vigilancia de la salud de sus hijos y hasta estimular el diálogo. ¿Qué pasa con sus tiempos?

El deber y el querer. Uno de los fuertes mitos que se van derrumbando es el ‘deber ser’ de cada rol. El hombre, tradicionalmente, es considerado como la ‘cabeza’ de la casa. Es él quien aporta el dinero para la subsistencia de la familia. Mientras que la mujer sería como una suerte de ‘cuerpo’ que se encarga de que el organismo funcione como debe.

En este momento ese concepto, si bien persiste, no está tan arraigado. Una investigación cuantitativa, realizada por el Centro de Estudios Estratégicos y Mediáticos junto con la Universidad Unniacc de Chile y la empresa Atento, develó que los padres se comprometen más con las labores que antes eran consideradas como femeninas.

Los padres de hoy cambian a sus hijos (el 62%), los bañan (el 50%), les dan su comida (el 73%) y los ayudan con las tareas de la escuela (el 47%). Sobre las tareas de la casa, el 51% afirmó que lavan los platos.

Para las mujeres no hay tantas estadísticas relacionadas con las labores del hogar y sus obligaciones. Quizá porque se parte de la premisa de que naturalmente las desarrollan ellas. Un estereotipo que aún no fue derribado (del todo).

En claves

Tradicionalmente se relaciona a la madre con el amor y la contención en el seno del hogar y al padre con la protección. Sin embargo la Academia Americana de Médicos de Familia brinda algunos consejos para la crianza de los chicos, que no se dividen por géneros.

Demostrar amor. Cada día dígales a sus niños: “Te quiero. Sos especial para mí”. Deles muchos abrazos y besos.

Escuchar cuando los niños hablan. Escuchar a los niños les demuestra que se piensa que ellos son importantes y que los padres están interesados en lo que ellos tienen para decir.

Haga que sus niños se sientan seguros. Consuélelos cuando están asustados. Demuéstreles que usted ha tomado pasos para protegerlos.

Proporcione orden en sus vidas. Mantenga un horario regular para comidas, siestas y para la hora de dormir. Si tiene que cambiar el horario, dígales con anterioridad que va a haber cambios.

Elogie a sus niños. Cuando los chicos aprenden algo nuevo, o se comportan bien, dígales que está orgulloso u orgullosa de ellos.

Critique el comportamiento, no al niño. Cuando su hijo cometa un error no le diga “fuiste malo”. En cambio, explíquele lo que hizo mal. Por ejemplo, dígale: “Cruzar la calle corriendo y sin mirar no es seguro”. Luego dígale al niño lo que debe hacer en vez de eso: “Primero mirá a ambos lados para ver si vienen autos”.

Sea consistente. Sus reglas no tienen que ser iguales a las que otros padres tienen, pero deben ser claras y consistentes. Consistentes quiere decir que las reglas son iguales todo el tiempo. Si dos padres están criando a un niño, ambos necesitan usar las mismas reglas; aún cuando están separados y viven en distintos hogares. Para ello es imprescindible reunirse con su ex pareja para fijar las pautas a seguir; y n. Además, asegúrese de que las niñeras y los parientes conocen y siguen las reglas de su familia.

Pase tiempo con sus niños. Hagan cosas juntos tales como leer, caminar, jugar y limpiar la casa. Lo que los niños más desean es su atención. El mal comportamiento, por lo general, es un intento de llamar su atención.


POR: UNIVISION. Celeste Polidori - Para Estilo.DIARIOLOSANDES
ARREGLOS FOTOGRAFICOS: ALBERTO CARRERA.

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