Thursday, July 28, 2011

Cuando el sexo involucra a todos los sentidos el placer se multiplica. Sin embargo, la práctica oral se ve rodeada por tabúes que limitan a muchas personas, quienes pierden la oportunidad de conocer el cuerpo de la pareja o el propio de manera gratificante.

Besar es la primer arma para disparar la excitación, y hacerlo en áreas genitales u otros puntos estratégicos puede significar el mayor detonante de elevación sexual. Sin ir más lejos: el sexo oral es una de las variantes más deliciosas del amor, y para llevarla a cabo sólo se necesita higiene, confianza, imaginación y ganas de disfrutarlo. Esto último es lo que en muchos casos obstaculiza la práctica en plenitud, pues hay quienes generan una serie de tabúes y prejuicios que impiden conocer hasta dónde son capaces de disfrutar su cuerpo y el de la pareja.

Como en las demás variantes de la práctica sexual existen riesgos, pero nada que no se pueda superar. No obstante, hay ciertas condiciones que pueden hacer del momento algo inolvidable, de las cuales hablaremos a continuación.

La llamada felación es la forma en que se estimula la excitación del hombre a partir de besar sus genitales. Llevarlo a cabo requiere delicadeza y cuidado, procurando no lastimar con los dientes ninguna de las partes involucradas (pene, testículos, ano, nalgas y zonas aledañas).

Las terminaciones nerviosas que circundan al glande (parte superior o cabeza del pene) son los puntos de mayor excitación en el hombre, por lo que lamerlo y acariciarlo con la lengua puede llevarlo al máximo éxtasis. Pero, mucho cuidado, y no intente en ningún momento soplar dentro del pene cuando lo tenga en su boca, pues ello puede ocasionar algún tipo de infección por las bacterias que habitan de manera normal la cavidad bucal de cualquier persona.

Llevar a cabo la felación al mismo tiempo es el acto conocido también como 69, para el cual se requiere cierta destreza para saberse colocar de manera que ambos integrantes lo disfruten y no se lastimen, por lo que es necesario paciencia y cooperación de los involucrados.
Debido a que el sexo oral se dirige al área genital, es considerado por algunos como una invasión a la intimidad, lo que en la gran mayoría de casos impide la práctica plena. Si mostrarse desnudo ante otro involucra una dosis de pudor, exponer una parte demasiado personal al alcance del olfato, tacto o gusto de otro, lo eleva a mayor recato.

Si alguno de los integrantes de la pareja antepone este tipo de apreciaciones, lo mejor es no forzarla a llevarlo a cabo, pues resultará una experiencia negativa que dificultará la relación amorosa.

Por otra parte, es de vital importancia seguir impecable higiene, pues además de ser la mejor tarjeta de presentación (e invitación) es la mejor manera de eliminar gérmenes (tanto en boca como en el área genital) que podrían causar problemas de salud.

El sexo oral cuenta también con un halo de inseguridad que limita su práctica, debido principalmente a que tanto semen como secreciones genitales son vehículos trasmisores de virus, bacterias y hongos, generadores de enfermedades venéreas. De éstas, amplio número puede contraerse por contacto oral, pero las siguientes son las más comunes:


  • Gonorrea. Es producida por una bacteria que trasladada del área genital puede atacar la garganta.
  • Herpes. Si se padece una infección de este tipo en la boca (manifestada en las comisuras de los labios), no se debe practicar sexo oral, pues fácilmente se puede contagiar el área genital.
  • Sífilis. Es adquirida a través de contacto sexual con personas afectadas en fase contagiosa, así sea de manera anal, oral o convencional.
  • Sida (VIH). Se transmite no sólo por el semen y la sangre, sino también por las secreciones vaginales y las lubricantes de la uretra masculina contaminadas, facilitando su ingreso al organismo a través de heridas por donde haya contacto con sangre, por lo cual es recomendable usar preservativo, sobre todo si no existe plena confianza en la pareja.

Enfrentarse a lo desconocido puede ser sumamente atractivo, o todo lo contrario, para quien incursiona por primera vez en el sexo oral. Uno de los mayores temores es que, como punto culminante de la felación, alguno de los dos eyacule en la boca de su pareja, lo que predispone a muchas hombres a pensar que será un acto que no podrán soportar y que les causará algún tipo de daño al estómago.

El semen o esperma es el líquido que secretan las glándulas genitales masculinas, su sabor es algo insípido y su textura viscosa. En cada eyaculación pueden expulsarse entre 3 y 5 centímetros cúbicos, aproximadamente; cada milímetro cúbico contiene, en promedio, entre 200 y 300 millones de espermatozoides.

Si la mujer no quiere que su compañero eyacule en la boca, es bueno que acuerden los dos una señal previa para poder retirar el pene a tiempo. Pero si esto no llega a coordinarse y se presentara la situación de tragarse el semen, piense que no habrá ningún daño ni será motivo para quedar embarazada, es más, se sabe que el semen aporta proteínas, vitaminas y muchos minerales.

Finalmente, vale la pensar considerar que es muy importante que cada uno de los integrantes de una pareja conozcan las preferencias del otro, siempre en un marco de respeto, amabilidad, sinceridad, comprensión y cariño. Si después de hablarlo alguno de los dos se sigue oponiendo a practicar sexo oral, no hay nada de qué preocuparse; el sexo es tan rico y variado que toda pareja puede encontrar muchas otras formas de llevarlo a cabo que sean plenamente satisfactorias para los dos.

POR: SALUDYMEDICINA
ARREGLOSFOTOGRAFICOS: ALBERTO CARRERA

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