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Thursday, July 28, 2011
Como en las demás variantes de la práctica sexual existen riesgos, pero nada que no se pueda superar. No obstante, hay ciertas condiciones que pueden hacer del momento algo inolvidable, de las cuales hablaremos a continuación.
Las terminaciones nerviosas que circundan al glande (parte superior o cabeza del pene) son los puntos de mayor excitación en el hombre, por lo que lamerlo y acariciarlo con la lengua puede llevarlo al máximo éxtasis. Pero, mucho cuidado, y no intente en ningún momento soplar dentro del pene cuando lo tenga en su boca, pues ello puede ocasionar algún tipo de infección por las bacterias que habitan de manera normal la cavidad bucal de cualquier persona.
Debido a que el sexo oral se dirige al área genital, es considerado por algunos como una invasión a la intimidad, lo que en la gran mayoría de casos impide la práctica plena. Si mostrarse desnudo ante otro involucra una dosis de pudor, exponer una parte demasiado personal al alcance del olfato, tacto o gusto de otro, lo eleva a mayor recato.
Si alguno de los integrantes de la pareja antepone este tipo de apreciaciones, lo mejor es no forzarla a llevarlo a cabo, pues resultará una experiencia negativa que dificultará la relación amorosa.
Por otra parte, es de vital importancia seguir impecable higiene, pues además de ser la mejor tarjeta de presentación (e invitación) es la mejor manera de eliminar gérmenes (tanto en boca como en el área genital) que podrían causar problemas de salud.
El sexo oral cuenta también con un halo de inseguridad que limita su práctica, debido principalmente a que tanto semen como secreciones genitales son vehículos trasmisores de virus, bacterias y hongos, generadores de enfermedades venéreas. De éstas, amplio número puede contraerse por contacto oral, pero las siguientes son las más comunes:
- Gonorrea. Es producida por una bacteria que trasladada del área genital puede atacar la garganta.
- Herpes. Si se padece una infección de este tipo en la boca (manifestada en las comisuras de los labios), no se debe practicar sexo oral, pues fácilmente se puede contagiar el área genital.
- Sífilis. Es adquirida a través de contacto sexual con personas afectadas en fase contagiosa, así sea de manera anal, oral o convencional.
- Sida (VIH). Se transmite no sólo por el semen y la sangre, sino también por las secreciones vaginales y las lubricantes de la uretra masculina contaminadas, facilitando su ingreso al organismo a través de heridas por donde haya contacto con sangre, por lo cual es recomendable usar preservativo, sobre todo si no existe plena confianza en la pareja.
El semen o esperma es el líquido que secretan las glándulas genitales masculinas, su sabor es algo insípido y su textura viscosa. En cada eyaculación pueden expulsarse entre 3 y 5 centímetros cúbicos, aproximadamente; cada milímetro cúbico contiene, en promedio, entre 200 y 300 millones de espermatozoides.
Si la mujer no quiere que su compañero eyacule en la boca, es bueno que acuerden los dos una señal previa para poder retirar el pene a tiempo. Pero si esto no llega a coordinarse y se presentara la situación de tragarse el semen, piense que no habrá ningún daño ni será motivo para quedar embarazada, es más, se sabe que el semen aporta proteínas, vitaminas y muchos minerales.
Finalmente, vale la pensar considerar que es muy importante que cada uno de los integrantes de una pareja conozcan las preferencias del otro, siempre en un marco de respeto, amabilidad, sinceridad, comprensión y cariño. Si después de hablarlo alguno de los dos se sigue oponiendo a practicar sexo oral, no hay nada de qué preocuparse; el sexo es tan rico y variado que toda pareja puede encontrar muchas otras formas de llevarlo a cabo que sean plenamente satisfactorias para los dos.